Por qué debemos de aspirar a la Libertad e Independencia Financiera

Publicado en 26/07/2013 por Mauritz en Educación financiera, Enseñanza y Carrera, Finanzas y Seguros, Novedades, Para familias, Para hombres y mujeres, Para jóvenes // 0 Comentarios

“La adquisición del dinero requiere del valor; Ahorrar el dinero requiere de la prudencia; El gasto del dinero requiere del arte” (Berthold Auerbach)

Americanincomelife

Si nos fijamos en la vida de las personas de educación media que trabajan mucho, constataremos que cada persona sigue casi el mismo camino.

El niño nace y después de algunos años va a la escuela. Los padres orgullosos se sienten contentos porque su hijo estudia muy bien (pero, ¿reciben Educación Financiera?), tiene buenas posibilidades para recibir una buena educación, porque después seguro que le admitirán a estudiar en una universidad de prestigio. Pero, en la escuela no enseñan a hacer dinero. Esto lo saben todos Uds.!. Después de su graduación, tal vez siga estudios de postgrado. La mayoría de los graduados siguen el camino convencional programado, es decir que buscan un trabajo seguro y garantizado o proseguir la carrera profesional.

En el gráfico pueden apreciar todos los pormenores relacionados a los ingresos, gastos, seguros, etc en el ciclo de vida de una persona promedio.

La persona trabaja, recibe dinero, y posiblemente en gran cantidad. Es sociable, se comunica con los demás, encuentra una compañera, luego siguen las citas amorosas, y a veces llegan hasta el matrimonio. La vida de los jóvenes es hermosa, ya que ambos trabajan. El dinero “común” es mucho mayor, debido a que la vida conjunta resulta ser más barata, y porque ambos reciben salario. Se sienten ser personas de éxito, con un futuro brillante, por lo que deciden comprar un apartamento, un automóvil, televisor, viajar de vacaciones,etc, y tener hijos. Y así, les llega el momento de la felicidad. Aumenta la necesidad de disponer de más recursos. La pareja feliz decide que sus carreras son de importancia vital, por lo que empiezan a trabajar más intensamente buscando ascensos laborales y aumentos de ingresos.

Nacen los niños y surge la necesidad de tener un apartamento más grande. Las parejas empiezan a trabajar más arduamente, y a veces olvidando los fines de semana, se vuelven buenos trabajadores y gozan del reconocimiento general. Ellos nuevamente se ponen a estudiar para obtener conocimientos más especializados y ganar más dinero. Posiblemente deciden conseguir un segundo empleo. Sus ingresos suben, y asimismo crecen rápidamente sus gastos e impuestos que obligatoriamente deben de pagar al Estado. Aumentan los gastos por el nuevo apartamento, por el seguro, etc. La gente se sorprende, porque reciben buen salario, pero, el dinero se agota como el agua en la arena del desierto.

Y cuando los niños cumplen 5-6 años de edad, crece la necesidad de ahorrar para la educación y paralelamente para la jubilación. Y, de esta manera, la pareja feliz, a los 35 años de edad, cae en la trampa de la “carrera de ratas”, hasta el fin de sus días de trabajo. Generalmente la gente trabaja para el Estado o para el propietario de la empresa, para pagar los impuestos estatales y a los bancos por los créditos pedidos, y después, ellos mismos aconsejan a sus propios hijos a estudiar duramente, obtener buenos conocimientos y a buscar un buen trabajo y seguir la carrera (la Historia se Repite!). La gente no entiende lo qué es el dinero, pero lo entienden perfectamente bien, aquellos que viven de su ingenuidad, y así la gente trabaja y trabaja toda su vida. El proceso es “copiado”, como por arte de magia, por muchas generaciones de trabajadores. Esto es lo que se denomina la “carrera de ratas”.

Nosotros no queremos participar en la “carrera de ratas”, deseamos vivir una vida libre. Nosotros queremos administrar nuestro tiempo por si solos (y no, para que por nosotros el empleador decida: cuándo y hacia dónde ir). Deseamos tener la posibilidad de viajar varias veces al año, descubriendo nuevos lugares maravillosos. Deseamos ser capaces, sin dolor de cabeza, de darles a nuestros hijos la mejor educación posible. Queremos, después de todo, asegurarnos una vejez digna (y no depender de las pensiones estatales dudosas).

Toda la vida humana se puede dividir en tres fases principales

I-fase: Los primeros 20-25 años de nuestras vidas dependen de otras personas, por lo general de nuestros padres, aquí, nuestro nivel de ingresos es muy bajo.

II-fase: Después, el promedio de 25 a 50 años es el período más activo, cuando estamos llenos de fuerzas y energía, aquí, el nivel de nuestros ingresos activos, es máximo.

II-fase: Después de los 50 años (para algunos, antes, para otros, después) llega nuevamente el período pasivo, es decir, la vejez. Aquí, el nivel de los ingresos (salario) disminuye constantemente, ya que las fuerzas no son como las de antes. Y en esta etapa de la vida, a la mayoría de las personas sólo les queda la pensión y la necesidad, en el mejor de los casos, la única esperanza son los hijos.

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En este gráfico (Ingresos en función del tiempo (edad)) pueden notar lo que implica la Libertad Financiera, es decir me refiero a la porción de la curva que tiende hacia arriba, esto es lo IDEAL para cualquier persona normal!.

Lo más interesante de todo esto es que para lograr la INDEPENDENCIA FINANCIERA, no necesariamente hay que tener un título profesional, una gran cantidad de dinero, ocupar una posición alta o utilizar las buenas relaciones. Será suficiente (por supuesto con algo de suerte!), aparte de la decisión y valentía, creer en las propias fuerzas y aprender “como sea” los conocimientos de aquellos que lograron triunfar en la vida y simultáneamente la “simplicidad” del camino para lograr la libertad financiera. Estoy absolutamente seguro de que casi cualquier afición (hobby) puede generar ingresos, TODO DEPENDE DE UNO.

Utilizando una parte de nuestros ingresos, podemos hacer capital en el período más activo de nuestras vidas, y después, recibir los ingresos pasivos que nos permitirá sentirnos mucho más libres y más seguros.

Para concluir: De modo que a ponerse a trabajar desde ahora mismo, para después no arrepentirse, es decir, cuando ya sea demasiado tarde.