¿Los Ricos son un beneficio para la Sociedad? – entrevista a Bertrand Jacquillat

¿Los Ricos son un beneficio para la Sociedad? – entrevista a Bertrand Jacquillat

Artículo del diario “Atlantico”, Francia.

B. Jacquillat

B. Jacquillat

Atlantico: En el libro “Consecuencias insperadas” (Unintended consequences), el hombre de negocios y multimillonario americano, Edward Conrad, desarrolla la idea de que, a pesar de la creencia popular, las personas super-ricas son más bien un beneficio para la sociedad y que no son parásitos. ¿Cómo puede la concetración de las riquezas beneficiar a la sociedad?

Bertrand Jacqquillat:   El hecho de que los ricos concentran en sus manos la riqueza, no significa que ellos no produzcan. El pobre poco influye en el ambiente, mientras que el rico forma en su entorno un verdadero ecosistema financiero, que justamente le permite al rico crear riqueza. Los que ahora se van al extranjero por motivos económicos, antes disponían de bienes, de personal de servicios y diferentes tipos de profesionales. Es lógico pensar que cuanto mayor es el presupuesto, se gaste más dinero. Sin embargo, me es muy difícil hablar de números específicos o de coeficientes proporcionales. Además, yo no he oído hablar de ningún estudio que confirme las palabras de Conrad, de que un dólar de ingresos de una persona rica sea igual a veinte dólares de ingresos para la sociedad. Lo que sucede es que los ciudadanos super-ricos cláramente no gastan todos sus ingresos en diversos objetos de consumo. Al mismo tiempo, es indudable que invierten y colocan el dinero, es decir que, indirectamente, vuelven a invertir en la economía.  Como resultado, se forma el ecosistema de consumo, y asimismo el ecosistema de ahorros y de financiación.

A.: ¿Y el resultado depende del tipo de ingreso?

B.J.: No hay duda de que la relación de los ricos con su entorno sea más pronunciada entre los empresarios. Ellos no heredaron la riqueza, como las familias reales, sino que los crean, formandose así en sus entornos economías  dinámicas  más fuertes. Sea como fuere, los herederos no pueden ser considerados como poseedores de riquezas fijas, porque si se les imponen impuestos del 100%, ellos se  irán, y esto no añadirá riquezas a los que no tengan.

A.: Según Edward Conrad, cuanto mayor es la brecha entre los ricos y los pobres, cuanto mejor es para la economía. ¿Qué piensa Ud. al respecto?

B.J.: Aquí hay dos aspectos. Por un lado, del concepto de la solidaridad social, se deduce que la demasiada diferencia  en los ingresos desmoraliza a toda la sociedad, y por lo tanto daña a la economía. Por otro lado, la creciente brecha entre los ricos y los pobres no necesariamente se debe a la creciente desigualdad social y puede ser simplemente debido a los cambios recientes que ocurren en los mercados de hoy en día. Consideremos el ejemplo de los dos grandes tenores: de Pavarotti y Caruso.  El primero logró ganar una gran fortuna gracias a la gravación de la música en CDs y por poder ofrecer su arte en todo el mundo. Sin embargo, en la epoca de Caruzo, se tenía que pasar una semana a bordo del buque para llegar a Nueva York. De esta manera, él por razones obvias  no pudo acumular tanta riqueza como su colega, que logró ganar de 50 a 60 veces más dinero en tan sólo algunas décadas más tarde. Y, nuevamente le recalco, los ricos dan en su entorno trabajo a las personas con salarios medios o bajos, y no hay lugar a dudas de que cuanto más ricos sean, será mejor para la economía.

A.: ¿Puede la desigualdad en los ingresos servir como motivación en la actividad profesional y empresarial?

B.J.: Está claro que si en una empresa todos recibirán el mismo salario, esto, probablemente privará por completo la motivación de los empleados. Del mismo modo, a pesar de que aperturar su propio negocio, no sólo motiva el deseo de ganar dinero, el dinero, de todos modos, sigue siendo un factor importante para los empresarios que toman decisiones para crear sus propias empresas. Y aún más, si tienen que trabajar duro durante 80-90 horas horas a la semana, para que la empresa funcione y sea rentable. De esta manera, la desigualdad en los ingresos, del que se deriva el deseo de ganar más dinero, incondicionalmente, es el motor del dinamismo económico.  Sin la desigualdad económica, nuestra socieda sería débil, algo así como sucedió con el régimen soviético. El hecho es que la igualación, ahoga la iniciativa y el dinamismo. Sea como fuere, a pesar de este rol positivo, la igualdad no debe de sobrepasar el umbral a partir del cual empieza la desmoralización de la población y de la economía.

Bertrand Jacquillat, es especialista  en economía financiera, finanzas corporativas, y en gestión de empresas y mercados financieros.

Traducido y publicado por Mauritz.

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(fuentes: Бизнес и Выставки; www.russedina.ru)

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