Inversiones: ¿Cómo protegerse de la adicción a la previsión?

Inversiones: ¿Cómo protegerse de la adicción a la previsión?

El director del departamento de inversión de la empresa Fidelity Personal Investing, Tom Stevenson, escribió una nota para el diario británico ‘The Telegraph‘, en el que sostiene que los inversores más exitosos se resisten a la “dependencia (adicción) de las previsiones”. He aquí el texto en español de esta nota.

“Como es habitual, para la Navidad y el Nuevo año, distintos analistas, inversores y expertos inician la ronda anual de las predicciones (previsiones) del mercado. En esto hay  mucho de divertido, ya que un año después es poco probable que casi nadie recuerde lo que se predijo. Esto es así, ya que lo único realmente previsible es que la mayoría  de estas previsiones resultarán totalmente incorrectas.

Casi todos los días nos encontramos con las manifestaciones de todas las estupideces de los pronósticos. La inflación se eleva menos lentamente de lo que esperábamos, y la tasa de desempleo alcanza un nivel más elevado de lo que pensábamos; los indicadores de las empresas resultan ser mejor o peor de los previstos; las tasas de interés se toman “del techo”, y los acontecimientos, que parecían ser absolutamente ciertos, no se cumplen. Surge la pregunta: ¿si no podemos hacer pronósticos correctos a corto plazo, podemos tener la esperanza de que se tenga la razón a largo plazo?

Puede ser que estemos condenados al fracaso pero, pero, aparentemente,  de todos modos no podemos dedicarnos a hacer especulaciones sobre el futuro. La necesidad de mirar en las entrañas de los mercados, lo que Jason Zweig, el experto en el comportamiento de las finanzas, le llama nuestra “adicción (dependencia) a la predicción (previsión) (prediction addiction)”, está “montada” en nuestro cerebro. Por desgracia, como muchos de los profundos sesgos psicológicos están profundamente arraigados, que nos hacen humanos, es el deseo de ver patrones y extrapolarlos en el futuro que pueden hacer de nosotros inversores pobres.

Estamos programados para buscar la causa y el efecto en los acontecimientos al azar, porque durante millones de años se hacía lo que era una buena idea. Aprendimos el vinculo que existe entre nuestro  entorno y las grandes bestias que desean comernos; vimos las señales de una inminente tormenta que se aproxima; entendíamos las señales visuales que nos ayudaron a encontrar comida y evitar el peligro. No es de extrañar que esto es  nuestra segunda naturaleza, que entra en juego mucho antes que se “caliente” otro pensamiento lógico, que es necesario para ser buenos inversores. Los mercados financieros modernos existen varios cientos de años, en el mejor de los casos.

La segunda razón, por la que somos buscadores  de patrones obsesivos, es que nos hace sentir bien. Un medicamento de origen natural,denominado dopamina,  inunda nuestro cerebro con una luz cálida, cuando recibimos una recompensa inesperada, por ejemplo, cuando se logra ganar dinero en una inversión. Es la manera natural que nos obliga a salir y enfrentar los riesgos de la vida, siguiendo la búsqueda de nuestra próxima comida. 

Otro aspecto interesante de lo  que sucede con el “efecto” de la dopamina, es que nuestros cerebros no sólo responden a lo que se experimenta ahora, si no que también en lo que se espera que suceda en  el futuro. De esta manera, nuestra disposición o, al contrario, nuestra indisponibilidad de hacer una nueva inversión, en gran parte, se debe a resultados de las inversiones recientes. En particular, nos sentimos bien cuando vemos los patrones porque  creemos que conducirán a la próxima gran victoria.

Es precisamente por eso que los inversores realizan acciones tontas en los momentos cuando los plazos de todos los mercados alcistas llegan a su fin. Nosotros creemos tan intensamente en el éxito que incluso es inconcebible que las cosas no seguirán así para siempre.

La inversión es un juego para “tontos”. Que no puede ser por el hecho de que hay pasos prácticos que todos podemos emprender para limitar el impacto de toda esta confusión química. Sino porque posiblemente la persona, que puede reducir a nada el éxito en las inversión, le observa por detrás al inversor desde el espejo!.

La comprensión de hasta en que grado nuestro comportamiento inversionista lo determina la parte instintiva y primitiva de nuestro cerebro, es el primer paso importante que se debe de hacer. Es precisamente por eso que en el mundo de las inversiones es muy importante suprimir la emoción y el sentimiento.

La mejor manera de evitar la maldición de la dopamina es retirándose lo más que se pueda del proceso. Esto significa que se debe de invertir como sin tener nociones lo que sucederá el próximo año. Esto tiene sentido porque, de verdad, no se sabe a ciencia cierta.

No se sabe, que mercados mostrarán el mejor resultado: los desarrollados o emergentes, por eso es que sería una buena idea si se abastecen de ambos valores. No se sabe, en que punto del ciclo estamos ahora, en la parte superior del ciclo o sólo en la mitad, por eso es que cada mes se debe de invertir lo que cada inversor se puede permitir sensatamente. En caso de las inversiones en acciones individuales yo soy partidario de las reglas simples de valoración, que me impiden pagar demasiado, y que inclinan la balanza a favor de una ganancia digna a largo plazo”.

Publicado por Mauritz. (The Telegraph; Superinvestor.ru)

 

 

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